Hoy

Promediando la década del noventa, sentí la necesidad de cambiar de rumbo, de hacer un viraje, convencida de que la acción de comunicar era global, más abacartiva que el periodismo.

Con el avance de Internet, comunicarse cara a cara empezaba a convertirse en todo un desafío.

Entonces me entusiasmó la idea de estudiar, de investigar y de aplicar mi experiencia y mi creatividad en un trabajo que propone construir puentes, humanizar el trato cotidiano.

Y la práctica me demuestra, que interactuar
con el prójimo es una habilidad que se
adquiere con entrenamiento.

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